lunes, 20 de abril de 2015

Deseos contaminados


Estaba cansado, tenía horas de arduo entrenamiento físico en el gimnasio, solo deseaba ducharme e irme a mí casa. Entro al vestíbulo y estaba vacío, solo se escuchaba el sonido del agua cayendo por una regadera que estaba lejos; me dirigí a una de las duchas con ganas de refrescarme, y forzar la llegada de alguien y así, pudiese descodificar mi idioma biológico, protagonizado por mi gigantez que cuida mis entrepiernas.

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